Las Orquestas Infantiles y Juveniles de México inspiradas por El Sistema—legado, evolución y desafíos




ENSAYO - Las Orquestas Infantiles y Juveniles de México inspiradas por El Sistema—legado, evolución y desafíos.

Por José Luis Hernández-Estrada - Junio de 2014 

El movimiento de las orquestas infantiles y juveniles de México tiene su génesis en la incansable gestión del ilustre maestro mexicano Eduardo Mata como director huésped principal al frente de la Orquesta Sinfónica Simon Bolívar de Venezuela a mediados de los años ochenta. El músico oaxaqueño, convencido de que el proyecto artístico/social venezolano reunía los elementos para trazar nuevos horizontes en la constitución del quehacer cultural en México, propone ante el gobierno Mexicano la sistematización y masificación de la enseñanza musical con el objeto de replicar la experiencia de ese mismo programa, conocido universalmente como “El Sistema,” el proyecto de acción social por la música concebido por el músico, economista, y reformador social José Antonio Abreu. El Maestro Mata,  pionero de la introducción en México del modelo venezolano de coros y orquestas infantiles y juveniles, postulaba el programa como una herramienta transcendental para “cambiar el perfil sociológico de un país con las características como las de México y otros países Latinoamericanos en ascendente desarrollo.”

La incursión del Maestro Mata en Venezuela fue derivada de la afectuosa relación profesional que en su momento cultivo su maestro y también decano de la música mexicana Carlos Chávez con los músicos de ese país. Gracias a la invitación que les hiciera el Presidente Luis Echeverria, México fue el primer destino internacional de la Orquesta Simon Bolívar de Venezuela. En esa ocasión Chávez escucho la orquesta en el Palacio de Bellas Artes y ofreció su apoyo decidido al proyecto convirtiéndose así como el primer artista extranjero invitado y mentor de aquellos jóvenes promesa venezolanos. Con ellos trabajo arduamente transmitiéndoles sus conocimientos pedagógicos y proeza técnica para prepararlos en su debut dentro del Festival Mundial de las Orquestas de Aberdeen en Escocia en 1976. Ahí interpretaron algunas de sus obras y la Sinfonía Heroica de Beethoven llevandose todos los elogios de la crítica especializada. Para El Sistema, la temprana confluencia entre Carlos Chávez y José Antonio Abreu es importante por el hecho que históricamente coincidieron en el pensar y actuar de la música como herramienta de transformación social y como forma de elevar a Latinoamérica hacia la cumbre de la cultura universal. 

Ya en 1989, surge en México el primer proyecto formal inspirado por esa experiencia Venezolana liderado por el director de orquesta y educador musical Fernando Lozano y Manuel de la Cera, quien fuera director del Instituto Nacional de Bellas Artes. Fueron ellos quienes viajaron a ese país sudamericano para palpar la experiencia que tanto motivaba al maestro Mata. Ese primer encuentro fue materializado en la fundación del programa de Orquestas y Coros Juveniles de la Ciudad de México, proyecto que creo una docena de “orquestas-escuelas” delegacionales y comunitarias. En los años siguientes, y a raíz de la necesidad de expandir el proyecto a un plano regional y nacional, se crea el programa de Coros y Orquestas Juveniles de México A.C., una organización civil que en 1996 se convirtiera en lo que hoy conocemos como el Sistema Nacional de Fomento Musical (SNFM) del CONACULTA, organización que atiende, según cifras oficiales a 114 ensambles orquestales afiliados con alrededor de 10,000 beneficiarios. Por su parte el SNFM, organiza un encuentro nacional de orquestas (nivel avanzado), encuentros regionales de orquestas juveniles e infantiles (nivel inicial e intermedio),  cursos para directores orquestales, servicio de laudería y lutería para reparación y mantenimiento de instrumentos, entre otros proyectos de apoyo a nivel nacional. Los mas novedosos y de mayor proyección incluyen la Orquesta-Escuela Carlos Chávez (programa de Licenciatura Instrumentista avalado por la  Secretaria de Educación Publica) y la Orquesta Infantil y Juvenil de México, ambos proyectos destinados en parte a la identificación y desarrollo de talentos. 

En el 2008, el SNFM bajo la dirección de Sergio Ramírez Cárdenas crea el programa de Núcleos Comunitarios de Aprendizaje Musical (NUCAM), una iniciativa formal con miras a replicar el modelo y red de núcleos Venezolanos. Estos centros, localizados en municipios con bajo índice de desarrollo educativo y socioeconómico, se concebían como herramienta de “fomento y desarrollo social a través de la  instrucción y la práctica colectiva de la música.” El proyecto quedo comprendido dentro del Plan Nacional de Desarrollo 2006-2012 y se propuso la meta de inaugurar un centro de educación musical para cada una de las entidades federativas (32 en total). Al final de esa administración federal se logro instituir 12 núcleos atendiendo a 1,000 beneficiarios en 8 estados. Aun así, un logro importante y a su vez catalizador de otros proyectos equivalentes. En el 2009 e inspirado en el trabajo que desde el 1998 venia realizando el violinista Julio Saldaña con las comunidades mas desprotegidas de Puebla surge de la iniciativa privada el  Programa Musical Esperanza Azteca (PROMESA), un proyecto que persigue los ideales de la experiencia Venezolana. PROMESA es liderado por el empresario mexicano Ricardo Salinas Pliego quien con su equipo de trabajo busca sistematizar la experiencia de la instrucción y aprendizaje orquestal y coral en todo el país. El proyecto cuenta con un amplio respaldo económico del gobierno federal a través del CONACULTA aplicando un novedoso esquema de co-participación entre gobiernos estatales y la iniciativa privada. Desde 2009, ya se han fundado más de 60 orquestas sinfónicas y coros en el interior de la República mexicana beneficiando a mas de 13 mil niños y jóvenes que junto con sus 800 maestros, además de aprender música, desarrollan "altos valores como la disciplina, la búsqueda de la excelencia y el trabajo en equipo." Dentro de la iniciativa cabe destacar el impulso temprano de personalidades como Leonor Mastretta, el chelista Carlos Prieto, y Benjamin Zander, el director de la Boston Philharmonic Orchestra.

La orquesta Esperanza Azteca - 2009
En la actualidad el panorama para los proyectos de transformación social a través de la música en México es ampliamente promisorio. El discurso político de la recién instalada administración federal guiada por el Presidente Enrique Peña Nieto enfatiza importantes matices en torno al uso de la cultura como herramienta de concertación y desarrollo comunitario. El 12 de Diciembre del 2012 durante la inauguración del Centro de Artes Musicales de Tijuana y acompañado por el nuevo Presidente del CONACULTA, Rafael Tovar y de Teresa,  anuncio “el gran reto que tenemos en el ámbito cultural: el hacer de éste un derecho social, una garantía que el Gobierno tendrá que cuidar y privilegiar, que tendrá que establecer toda una línea de acción de políticas públicas orientadas realmente a garantizar este derecho social de los mexicanos.” En ese mismo evento, le instruyo al Presidente del CONACULTA tener muy en cuenta dentro de la agenda nacional los proyectos de orquestas y coros juveniles que ahonden en la reparación del tejido social de comunidades afectadas por la violencia e inseguridad. Derivado de ese mandato presidencial, el CONACULTA ha impulsado su iniciativa Música en Armonía que busca unificar e impulsar las experiencias y manifestaciones artístico/culturales existentes para fortalecer la identidad nacional y regenerar el tejido social a través del arte y su inherente belleza estética. Este nuevo lanzamiento tiene como impulsores artísticos a el maestro Eduardo García Barrios y el compositor mexicano Arturo Márquez, quien además de dedicar parte de su oficio a la composición de obras de nivel infantil (Alas a Malala es su mas reciente trabajo) también ha venido realizando una labor dentro de la conformación de bandas comunitarias con su programa local Crecer con Música. La iniciativa federal ya ha despegado y se fortalece con una agenda de impartición de talleres a nivel nacional y una concertación con la sociedad civil, conservatorios, y estados que inician nuevos proyectos orquestales académicos y/o comunitarios. 

Dado a la estimulación que ha generado el amplio proyecto artístico/social venezolano y derivado de las giras de sus orquestas cumbres, documentales, publicaciones y críticas periodísticas que las acreditan, se han generado en México importantes proyectos de orquestas PRE-profesionales de alto rendimiento o de proyección nacional. La experiencia Venezolana, misma que trasmite un “animo por la masificación de la búsqueda de la excelencia” (como lo expreso el Maestro Abreu en su reciente ponencia magistral en el Carnegie Hall de Nueva York) ha dado pie a numerosos proyectos que buscan alcanzar logros artísticos similares a los de ensambles tan emblemáticos como la Orquesta Simon Bolívar de Venezuela o la Orquesta Sinfónica Juvenil “Teresa Carreño" que han marcado la pauta y nivel de referencia. Estos proyectos de audición o  selección incluyen aquellos cobijados por instituciones de gobierno, conservatorios, orquestas profesionales, y otros programas de desarrollo musical.  Entre ellos destacan la Orquesta Sinfónica Infantil de México y la Orquesta Sinfónica Juvenil Carlos Chávez del SNFM antes mencionadas; la Orquesta de la Escuela Nacional de Música y la recién formada Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata de la OFUNAM; el Ensamble Instrumenta Oaxaca; y la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz adscrita al Instituto Superior de Música del Estado de Veracruz. Todas estas se perfilan a una posible internacionalización y cuentan con el rigor técnico para abordar partituras orquestales de nivel avanzado. En el 2012, la Orquesta Juvenil Carlos Chávez fue invitada a realizar un encuentro musical dentro del Youth in Music Festival que organizo la Chicago Symphony Orchestra. La Orquesta Sinfónica Infantil de México a sus 13 años de fundación, cuenta en su trayectoria con algunas giras internacionales, entre ellas las realizadas en Estados Unidos y España.

Si bien existen proyectos que son bien llevados a cabo, muchos de ellos no continúan por la falta de recursos económicos o la redefinición de prioridades del Estado entre las transiciones de gobierno federal. Es por ello que muchos de los proyectos existentes tendrán que migrar hacia un plano de autosuficiencia y sustentabilidad animando a la sociedad civil a participar en su construcción. Este esquema ya comienza a ser practicado. Cabe destacar algunos proyectos regidos por patronatos locales en búsqueda de la consolidación de una industria cultural sustentable y emanada de las mismas comunidades beneficiadas (un gran reto para la actual administración federal). Por ejemplo, el proyecto de la Orquesta de Baja California que incorpora un proyecto artístico a la par de un proyecto estado/sociedad civil de núcleos comunitarios denominado Redes 2025. En Guadalajara, existe un proyecto de Orquesta Sinfónica Juvenil sustentada en su totalidad por la iniciativa civil con una base de más de 56 músicos jaliscienses que ejercen la práctica orquestal, formando parte de un proceso académico conformado por cursos, encuentros e intercambios, dentro de una red musical-educativa no gubernamental. En el marco de proyectos interdependientes y financiamiento propio o compartido también figuran los realizados en Monterrey y  Mérida—dos importantes capitales mexicanas. Un claro ejemplo ya consolidado es del Sistema Estatal de Orquestas de Yucatán,  que  trabaja con más de 300 beneficiarios y se desarrolla en los municipios de Timucuy, Izamal, Motul formando parte del Programa Estatal de Fomento Musical para la Niñez y la Juventud. Otro proyecto que apunta a logros similares es el que fuera anunciado y promovido por el tenor Placido Domingo a finales del 2012 en Guerrero, también como sistema estatal de orquestas. En Monterrey, el proyecto denominado “El Sistema México,” una asociación de carácter civil y benéfico encargada de implementar programas de música en escuelas públicas de esa entidad, cuenta con un núcleo enfocado a una comunidad escolar conocida como “La Ciudad de los Niños.” En San Luis Potosí la Fundación Música para la Vida A.C. es el motor que guía la conformación de 10 orquestas infantiles en ese estado en cooperación con el gobierno estatal. 

Los conservatorios ocupan también un lugar importante en el proceso de la educación musical en México. De ellas emanan también coros y orquestas que forman parte del plan de estudios mas no son consideradas prioritarias como foco de formación académica. El Conservatorio Nacional de Música,  con más de 140 años de labores ininterrumpidas ha formado profesionales que son baluartes en el impulso de la educación, investigación y difusión de la música en México. En esta institución se han formado muchos de los más destacados creadores e intérpretes de la música nacional. Cabe destacar la labor docente del Maestro Carlos Chávez quien desarrolló las carreras de compositor, director de orquesta y profesor especializado en la enseñanza musical en sus diferentes modalidades. Su pensar influye profundamente en la conceptualización de ese mismo proyecto. Entre los conservatorios actuales, también destacan los apartados de propuestas novedosas  de formación musical/humanista como por ejemplo el Bachillerato en Música y Humanidades del Conservatorio de las Rosas en Morelia, un programa pensado con el propósito de adquirir las bases necesarias para realizar posteriormente estudios de licenciatura en música a través de una formación en los ámbitos de las disciplinas musicales, humanidades, y conocimientos científicos. En la Ciudad de México, la Escuela de Música Vida y Movimiento “Ollin Yoliztli” (fundada en 1978), tiene como objetivo la formación de jóvenes músicos de alto nivel. Según datos públicos la integran 250 alumnos distribuidos en las 20 especialidades de nivel medio superior y superior que son impartidas por 75 docentes. En Monterrey, la Escuela Superior de Música y Danza cuenta con un apartado de Talleres Infantiles de Iniciación Musical en donde se desarrolla hasta nueve horas a la semana, desde la técnica instrumental y otros conocimientos teóricos. Otros conservatorios en Mazatlán, Puebla, y Matamoros ofrecen ofertas educativas similares a las aquí mencionadas.

Instrumenta Oaxaca - una propuesta de clase mundial
Todas estas manifestaciones artísticas, propuestas educativas, y proyectos actuales que conforman el movimiento de orquestas infantiles y juveniles mexicanas aquí resumido, son prueba de la gran devoción y compromiso de jóvenes, intelectuales, gobiernos, particulares, y empresas culturales por hacer de la música  una parte central de la vida publica, social, y artística del país. Son muchas las iniciativas de orquestas infantiles,  juveniles, PRE-profesionales, y profesionales (no abordadas aquí) que ya existen en México. Se han fortalecido y multiplicado a lo largo de los años pero en su gran mayoría continúan en etapa de desarrollo. Son pocas las iniciativas que han llegado a consolidarse como entes sistemáticos a nivel organizacional o que cuenten con productos artísticos de alto rendimiento y con miras a alcanzar un nivel de talla mundial. No existe a la fecha algún proyecto o alianza de carácter nacional que reúna las virtudes y fortalezas de tan importantes esfuerzos compartidos. Más inquietante aun es que por el momento ningún proyecto privado o del Estado haya sido sometido a estudios de impacto longitudinal. ¿Como podremos abogar por todos estos proyectos de carácter social si no nos hemos preocupado por probar su capacidad para provocar un auténtico cambio transformador? La experiencia venezolana nos muestra el compromiso por estos esfuerzos. Basta con revisar los proyectos de medición y evaluación del Banco Inter-Americano de Desarrollo, desde donde se han realizado estudios para comprobar y validar el trabajo de las orquestas infantiles y juveniles dentro del ámbito de regeneración social. Los resultados son favorables y contundentes. (Estos mismos han coadyuvado a la obtención de sendos préstamos y financiamiento para fortalecer su infraestructura y desarrollo institucional.)

En México son muchos los estudiantes de música pero pocos los que logran obtener un titulo académico en la materia aun cuando existe el deseo y la voluntad. Son pocos los espacios disponibles para estudiar y desarrollarse profesionalmente. Los presupuestos que rigen las principales facultades de música del país no son los adecuados. Dado el pujante desarrollo de El Sistema en México, estamos ante una coyuntura que pudiera señalizar nuevos rumbos dentro de la educación musical en nuestro país. Ya desde años atrás, para el historiador y fundador del Instituto de Investigaciones Estéticas Manuel Toussaint, para lograr un artista completo hacia falta motivarlos y fomentar su inserción en el mundo cultural y promover su participación en la enseñanza. El Maestro Abreu en entrevista para La Jornada va mas allá al decir que “No pueden ser simples instructores. Tienen que ser apóstoles, hombres y mujeres consagrados de corazón a la tarea.” 

Es por ello que tenemos que renovar el papel del músico bajo una nueva figura de artista/ciudadano, oportunidad que los conservatorios y universidades pudieran adoptar para renovarse y coadyuvar en la formación de artistas comprometidos con su arte y la justicia social. Ya no el músico solo como intérprete de la experiencia estética si no como forjador de un futuro digno para las nuevas generaciones a través de ese mismo arte vivo y consciente. Esto es precisamente lo que en su momento postulo el Maestro José Vasconcelos al reconocer que sobre toda determinación o definición el “arte debe comprometerse con los problemas sociales y culturas del país.” Si se quiere llegar a formar un movimiento o movimientos de orquestas nacional, organizado, sustentable y de innovación pedagógica, debemos impulsar a una nueva generación de jóvenes que nos ayuden a formular visiones renovadas del quehacer musical mexicano.  Su inclusión dentro de ese nuevo marco social abrirá su campo de acción, mercado laboral, y dignificación. Esto debe de tener un apartado especial dentro de la política cultural mexicana.

Urge también cohesionar las iniciativas existentes como proyectos interdependientes y no aislados. Habrá que buscar las formas para que las más importantes iniciativas puedan trabajar en conjunto (dentro de algún proyecto o proyectos emblemáticos). Es necesario contar con sedes y espacios para la práctica orquestal de carácter nacional pero a su vez descentralizados. Rescatable, esta por ejemplo, la propuesta del SNFM de crear Centros Regionales de Entrenamiento Musical, iniciativa que no vio la luz en la pasada administración federal. Al mismo tiempo, debemos reconocernos como parte de un movimiento orquestal mas globalizado, extrayendo los mejores maestros, técnicas, y perspectivas del exterior, y al mismo tiempo, convirtiéndolas en experiencias inherentemente mexicanas, formula que ha rendido importantes frutos en Venezuela (en donde dentro del gran proyecto social que les ocupa, nunca se ha perdido de vista la concertación de la excelencia artística y su identidad nacional). 


Habremos de tener una visión ganadora y de éxito. Que los mejores músicos y orquestas se presenten en las mejores salas del mundo y participen de encuentros internacionales para compartir de experiencias que motiven a todos a seguir superándose y encontrarse relevantes dentro de la cultura universal. Comparto las enseñanzas del Maestro Abreu al decir que el enfoque central de El Sistema es primordialmente social—no es formar músicos profesionales—si no encauzar a la juventud a encontrarse y reflejarse en los caminos del bien, la verdad, y la belleza. Bien porque el ejercicio colectivo de la música implica concertación y por ende empatía.  Verdad porque la música es una ciencia exacta y adquiere su forma dentro de la disciplina y proporciones puntuales de la estética. Belleza porque la música es un misterio generador de perfección—es algo infinito—resplandeciente y sonoro al mismo tiempo. Estas son las condiciones sociales de la música y las que denotan su inmensa riqueza espiritual. Entonces nuestro quehacer tiene que ser sinónimo de esa misma integridad. Cualquier programa pensado desde un planteamiento social y para las masas nunca debe de ser un programa pobre. Aquellos que menos tienen merecen de los mejores maestros, instrumentos, salas de ensayo, y oportunidades que los hagan salir adelante. México tiene la capacidad de brindar a sus jóvenes lo mejor. 

Quiero imaginar que en un futuro cuando los sistemas de orquestas y agrupaciones comunitarias crezcan de tal manera que cada pueblo y ciudad tenga una orquesta o un coro del cual se sientan orgullosos, habrán de tener la dicha también de compartir su arte (emanado de su suelo y experiencia colectiva) en las máximas catedrales de la música. Ellos contarán su historia de éxito en el Palacio de Bellas Artes de México, en el Festival de Salzburgo o el Carnegie Hall de Nueva York. Que de esa misma familia que toca y canta con tesón y alegría surgirá un grupo de nuevos ciudadanos comprometidos con el perfeccionamiento de la educación y la ciencia, las letras y las leyes. Y otros que creen la nueva escuela de composición musical que aumente el linaje de Chávez, Revueltas, Márquez y Lavista. Que descubran y enseñen al próximo Gustavo Dudamel y se conviertan en los nuevos Solistas de México.  Es ahí mismo, encumbrado en la magnitud de aspiraciones colectivas y sueños compartidos, donde cualquier proyecto que enaltezca nuestra mexicanidad ha de encontrar su rumbo. Y para convencer habrá que apostarle a la excelencia y tener la fe de que todo puede ser posible. Este ideal será cual tendrá que animar esa gran red orquestal que ya se empieza a vislumbrar en México.

Referencias: 

"Contra La Delincuencia Y Drogadicción: Música." Proceso., Julio 2002. 

Cuesta, José. Music to My Ears: The (Many) Socio-Economic Benefits of Music Training Programs. Tech. Washington: Inter-American Development Bank, 2008. 

Inter-American Development Bank.  “Venezuela. Propuesta de préstamo para un programa de apoyo al Centro de Acción Social por la Música – Fase II” PR-3161, IADB, Washington DC. USA., 2007. 

CONACULTA. Música En Armonía, Una Gran Base Social Para El Beneficio De Miles De Niños Y Jóvenes Del País. 2013 ed. Mexico, DF.: CONACULTA, 2013. Num. 2024. 

Peña Nieto, Enrique. "Discurso: Enrique Peña Nieto Inauguración Del Centro De Artes Musícales." Tijuana, MX. 12 Dic. 2012. Web. <http://www.presidencia.gob.mx/articulos-prensa/inauguracion-del-centro-de-artes-musicales/>.

Tello, Judith. "Combatir La Violencia Con Música." Proceso., 3 May. 2013. 

Usi, Eva. "Nuestro Proyecto Busca Revertir la Tragedia Del Centralismo: Abreu." La Jornada., 30 Oct. 2007. 

Fotografías: Orquesta Sinfónica Infantil de Mexico, Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca, Ensamble Instrumenta Oaxaca, Orquesta Sinfónica Juvenil IEEPO 


Acerca del autor: José Luis Hernández-Estrada es un músico de origen mexicano. Como Sistema Fellow del New England Conservatory forma parte de una nueva generación de artistas “comprometidos con su arte y la justicia social” impulsados por el Maestro José Antonio Abreu. Es egresado de Maestría en Música por la University of Texas Pan-American y autor del libro “Aesthetics of Generosity: El Sistema, Music Education, and Social Change.” 

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